INTERVENCIÓN DE EXTITUTO DE POLÍTICA ABIERTA
AUDIENCIA SOBRE PROYECTO DE ACTO LEGISLATIVO 336/24 CÁMARA – 019/2024 SENADO
“POR MEDIO DEL CUAL SE ADOPTA UNA REFORMA POLÍTICA Y ELECTORAL”
En el marco de la Audiencia Mixta sobre la Reforma Política, David Núñez, director de proyectos en Extituto, presentó una visión transformadora que va más allá de los ajustes técnicos al sistema político. Aquí su intervención en la Comisión Primera del Senado:
Para quienes conocen la labor de Extituto en este Congreso y en otras partes de Colombia, lo saben, y para quienes no la conocen, les cuento que nuestro trabajo consiste fundamentalmente en construir confianza en la política, en construir una política más abierta, transparente y cercana a la gente. Y la Reforma Política es una gran oportunidad de construir confianza.
No voy a repetir acá cifras de desconfianza, no hace falta repetirles que las instituciones en las que menos confía la ciudadanía son el Congreso y los partidos políticos. Pero lo que sí les pido es que recuerden el estallido social conmemorado la semana pasada, porque fue uno de los sucesos más trágicos de nuestra historia reciente, lleno de violencia, de hambre y represión. Y hoy, acá, no se trata de buscar culpables, sino de reflexionar que ese suceso ha sido la mayor muestra de desconfianza en las instituciones, por eso la gente se tomó las calles. La gente sin partido, la gente que no vota, la gente que no confía en la política. Y la Reforma es una oportunidad, de mirar de frente a la gente y decirle “hay una oportunidad de confiar y participar en la política”.
Los partidos políticos tienen el propósito de servir como puentes entre la ciudadanía y el Estado, facilitando la participación en las decisiones políticas. Sin embargo, en muchos casos, han priorizado su rol como estructuras electorales por encima de su función representativa y programática. Esto genera un reto en un contexto donde existen 35 partidos políticos y gran parte de la ciudadanía no puede identificar claramente las diferencias entre ellos, más allá de los liderazgos individuales que los representan. Es crucial fortalecer la conexión entre los partidos y las necesidades de la población, para promover una política más accesible y transparente.
Más que depender de un líder que concentre todas las decisiones, es fundamental contar con ideas claras que sirvan como base común dentro de los partidos. Aunque las diferencias sean inevitables, deben existir oportunidades para unirnos en torno a al menos una visión política compartida que nos caracterice. A partir de esa base, se puede deliberar sobre nuestras diferencias, construir acuerdos al interior de los partidos, y que en el necesario disenso se respeten las reglas de juego.
La reforma no debe limitarse a los requisitos de los políticos o a la posibilidad de cambiar de partido. Participar en política implica respetar las reglas y asumir compromisos claros. No se puede trasladar votos ni actuar según intereses personales de corto plazo; es fundamental construir partidos sólidos y confiables que representen a la ciudadanía de manera seria y responsable, con militantes apasionados que vibren en la construcción de un proyecto político. Y para eso es necesario que en los partidos se cuente con oportunidades claras de entrar a la política, que un militante sepa que le van a respetar las reglas de juego, que si construye un proceso al interior de un partido va a tener igualdad de oportunidades para ser candidato o candidata y llegar algún día a ser edil, concejal, diputada/o o congresista.
Los partidos necesitan una democracia interna sólida y basada en reglas claras. La Reforma Política da un paso importante al establecer esas reglas que promuevan la participación directa de la militancia, garantizando el lugar que les corresponde a las mujeres: al menos el 50% de las listas y de los escaños en corporaciones públicas, porque las mujeres son el 51,4% del censo electoral, pero en las instituciones políticas siguen siendo una minoría. Por esto, es crucial contar con listas cerradas, paritarias y en alternancia.
Además, es fundamental respetar y dar espacio real a minorías y poblaciones subrepresentadas, como jóvenes, grupos étnicos, campesinos, personas trans y con discapacidad. Solo así se fortalecerá la inclusión en la toma de decisiones sobre los asuntos que impactan sus vidas. No se trata solo de una cuota y un lugar en la lista, sino que deben existir, como lo plantea la reforma, incentivos para la inclusión, mecanismos de financiación que destinan recursos proporcionalmente a la participación de estos grupos históricamente subrepresentados.
Por otro lado, preocupa la medida que establece que los movimientos políticos podrán obtener personería jurídica si cuentan con al menos el 0.2% de afiliados del censo electoral. Esto facilitará la proliferación de nuevas fuerzas políticas de carácter personalista y solo le dificulta a la ciudadanía el discernimiento para votar entre una pluralidad exacerbada que matemáticamente podría llegar hasta los 500 movimientos políticos. El proyecto de acto legislativo deja en manos del Congreso la regulación de deberes y derechos y la distinción entre movimiento y partido. Esta es una incertidumbre muy riesgosa para el sistema político Colombiano.
Apoyamos la financiación exclusivamente estatal para campañas políticas: es necesario reducir la influencia de los aportes privados en elecciones y garantizar una competencia más justa entre los partidos, especialmente para los más pequeños.
Aunque en la reforma se mantiene la prohibición de la doble militancia, se permite una excepción para que un militante apoye a candidatos de otro partido en coaliciones o cuando su partido no tenga candidato. Esta modificación, aunque facilita alianzas políticas, debilita la lealtad partidaria y puede generar confusión sobre las posturas ideológicas de los partidos.
La implementación de elecciones primarias para las listas cerradas aumenta la burocratización y los costos del sistema electoral, pero es necesaria para fortalecer la democracia interna de los partidos, Podría generar un incremento en los gastos de las campañas, pero esto se podría compensar al reducir la financiación de campañas en corporaciones públicas, pues ya no serán 100 campañas al Senado en cada partido, sino una sola por la lista cerrada (y así en cada corporación pública). Debemos hacer campañas más austeras.
Hay muchas otras cosas importantes en la reforma: avances en la financiación, preocupaciones frente a las personerías jurídicas de movimientos políticos y la doble militancia, pero por lo menos la inclusión con democracia interna en los partidos, debe ser la prioridad de la reforma.
Necesitamos una democracia en la que quepamos todes, todas y todos, no una política en donde están los mismos de siempre. Ese debe ser el objetivo principal de la reforma política.
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